Creta minoica y micénica
La cronología e la historia antigua de Creta se estableció a partir de las excavaciones de Arthur Evans. La cronología de Evans relaciona el período comprendido entre el fin de Neolítico y la invasión de los aqueos con el rey Minos y por ello llama minoica a la civilización cretense de esa época. Basándose en la cerámica, Evans distingue tres sub-períodos del minoico: el minoico antiguo, el minoico medio, y el minoico reciente, a su vez subdivididos.
Época prepalacial
La civilización minoica es la más importante civilización de la Edad de bronce del mundo griego. La introducción del metal en la civilización minoica es explicada según la teoría de que toda la región del Egeo estuvo habitada por un pueblo designado como prehelénico o egeo. La península de Anatolia parece haber jugado cierto papel en la iniciación de Creta en las artes de los metales. La difusión del uso del bronce en el Mar Egeo está relacionada con grandes movimientos de población desde las costas de Asia Menor hacia Creta, las Cícladas y el sur de Grecia; estas regiones entraron en una fase rápida de desarrollo social y cultural, marcado principalmente por el auge de relaciones comerciales entre Asia Menor y Chipre.
Gracias al desarrollo de la navegación, Creta ocupó un lugar predominante en el Egeo. La utilización de los metales multiplicó las transacciones con los países productores: los cretenses buscaban el cobre en Chipre, el oro en Egipto, y la plata y la obsidiana en las Cícladas. Bajo la influencia de esta actividad en crecimiento se desarrollaron puertos como Zakros y Palaiokastro en la costa oriental, y los islotes de Mochlos y Pseira en la costa septentrional se convirtieron en los principales centros de intercambio con el Asia Menor.
Época protopalacial
La Creta de los grandes palacios conoció un florecimiento comercial excepcional, que se tradujo en una preponderancia cretense en el Egeo, de modo que las islas de Milo, Delos o Thera no eran más que sucursales comerciales de Creta (factorías). Esta preponderancia alcanzó también a Egina, la Argólida, Grecia central y Chipre. Esta expansión comercial de los minoicos dejó su huella en la abundancia de piezas de cerámica minoicas encontradas fuera de Creta, como en Mesenia o Laconia. En las islas de Ceos o Samotracia se han hallado igualmente sellos minoicos en forma de discos de terracota. Existen fuentes históricas escritas que describen las relaciones de Creta con otros países, como unos textos del siglo XVIII a. C. encontrados en Mari, que mencionan que Creta importaba materias primas (bronce, estaño, marfil) y exportaba objetos de lujo elaborados en sus talleres, como armas, ropa y calzado.
Época neopalacial
Hacia 1700 a.C, los palacios cretenses fueron destruidos. Los historiadores no saben a que fué debida esta destrucción. Unos dicen que fué debido a la invasión de otras civilizaciones como la los Luvitas provenientes de Anatolia o por los Hicsos que pertenecían a Egipto. Otros piensan que esa destrucción fue causada por un terremoto provocado por la erupción del volcán de Santorini.
Sea cual fuere su origen, no puso fin a la civilización minoica. Los palacios fueron reconstruidos a partir de sus ruinas, y la cultura minoica entró a lo que se ha considerado su época dorada. El período de los nuevos palacios se divide en tres fases: de 1700 a. C. a 1600 a. C. fue un período de reconstrucción; de 1600 a. C. a 1500 a. C. fue el apogeo de los minoicos, y de 1500 a. C. a 1400 a. C. ocurrió la expansión de la influencia minoica sobre los otros pueblos del Mediterráneo, en particular sobre los micénicos del Peloponeso.
Creta micénica
Los restos arqueológicos muestran la existencia de establecimientos micénicos en la isla desde el año 1380 a. C. La presencia micénica está comprobada por las leyendas de épocas posteriores y por la toponimia de ciertos lugares. Agamenón, rey de Micenas, sería el fundador de Lappa, Tegea, o Pérgamos. Los nombres de lugares como Gortina o Arcadia son de origen peloponeso y podrían ser legados de la ocupación micénica.
Es en este período histórico que se importan los dioses griegos para reemplazar a las deidades minoicas. Zeus, Poseidón, Hera y Atenea sustituyeron a la diosa madre. Sin embargo persistieron algunos elementos de la religión minoica, como lo demuestran las tablas en lineal B que mencionan a una sacerdotisa de los vientos o una dueña del laberinto.
A finales del siglo XII a. C. Creta conoció una época de caos aunada a los pueblos del mar, aun cuando el impacto de éstos fue menor que en Grecia continental. Más fuertes fueron los cambios que tuvieron lugar tras la catástrofe de Micenas, cuando grupos de población llegados del Peloponeso se instalaron en Creta. Así, aparecieron nuevos elementos culturales en la vida de los cretenses, como la incineración de los muertos, el uso del hierro, los vestidos con broches, o la decoración geométrica de la cerámica. Estos nuevos elementos son de herencia dórica.
Sistema de Gobierno y Escritura
La monarquía minoica era burocrática y centralista, y empleaba un sistema de escritura propio, el silabario. Desarroyaron varios tipos de escritura desde principios del segundo milenio a.C, en el que mezclaban ideogramas con signos fonéticos.
2.Función de la música: La musica de Creta es uno de los estilos más antiguos de música tradicional, un puente entre la música occidental y oriental, que conserva tanto la tradición de las melodías y ritmos, como la de los instrumentos usados.
4. La danza: En Creta la danza fue importante. El pueblo cretense era entregado a rituales religiosos ancestrales de culto a la diosa madre en forma de mujer, animales endemoniados y danza extática.
Los Curetes, que eran los jóvenes iniciados en los ritos religiosos, eran amantes de la danza y de los deportes.
Los Coribantes eran bailarines con armadura, tocados por un casco rematado con una cresta que celebraban el culto a la diosa Cibeles bailando a ritmo de panderetas, cuernos, flautas y platillos, marcándolo con los pies.
Es muy importante en esta cultura la figura del laberinto y también la del toro como símbolo del sol o de la fuerza y la virilidad, asociados ambos a rituales y bailes variados en los que los bailarines simulaban ser toros y bien el salto acrobático sobre el toro, muy representado en la cultura minoica. En las pinturas vemos a menudo cómo los jóvenes varones y las doncellas saltan por encima del toro apoyándose sobre sus cuernos. Según las representaciones de danza que aparecen en los restos artísticos, vemos que las bailarinas cretenses saltaban, giraban, flexionaban las rodillas, danzaban en círculo o en procesión, situaban los brazos en oposición…
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